Además ahora que estamos todos (bueno, más o menos todos) en una forma óptima, se corre muchísimo y ya no se queda casi nadie (bueno, casi nadie) durante km y km.
Tras hacer el pantano y encaminarnos hacia Sta. Cristina se organizaron varias escaramuzas que no llegaron a cuajar del todo, pero empezaron a hacer la selección definitiva en la subida. Eso de llegar a pie de "puerto" y ver que la gente no quita el plato no es buena señal... A destacar el marcaje del Martínez al Jorge y viceversa, que duró un buen rato y era entretenido de ver. Gregorio lo intentaba una y otra vez, pero está un poco como el Madrid. Es un quiero y no me dejan constante... Desde girar en Masllorenç tuvimos la exhibición típica de Germán Cancellara en el llano y así llegamos hasta el almuerzo en Salomò.
A la vuelta, para variar, a "pijo sacao" pero todos juntitos aguantando hasta Clariana y otra vez se lió una escabechina importante. Desde ahí en adelante, ya sólo conservo un vago recuerdo lo bonito del paisaje por el pantano y poco más.
En el almuerzo, entre litros y hectolitros de claras, volvieron a salir las batallitas Marmotteñas.
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