Los océanos ocupan 3/4 partes de nuestro planeta. ¿Has pensado alguna vez la de cosas maravillosas que deben permanecer ocultas bajo el Mar? Eso fue algo que siempre me pregunté desde pequeño y fue lo que, a la postre, me llevaría a practicar el submarinismo. Formar parte de en un hábitat desconocido y poder llegar a rincones para los que el ser humano no está preparado es majestuoso. Cualquiera puede conocer, de primera mano, todo un mundo diferente y ver el comportamiento de sus extraños habitantes.
Los hay de apariencia simpática...
De semblante más serio...
De semblante más serio...
Algunos parecen auténticos extraterrestres...
Otros son camaleónicos...
Y otros simplemente se lucen con una indiferencia y pasotismo pasmoso...
No es necesaria una excelente forma física, de hecho cualquiera puede practicar este relajante deporte.
Cuando uno se enfunda todo el equipo (traje de neopreno, aletas, jacket, botella, gafas, regulador, plomos...) por primera vez piensa: "!!!Con esto es imposible moverse!!!". Pero nada más entrar al agua empiezas a notar más movilidad y la sensación de ingravidez hace desaparecer toda la carga que llevas encima. Pero cuando realmente te quedas boquiabierto es cuando, tras el ajetreo inicial, te centras en contemplar tu alrededor.
Describir con claridad las sensaciones de una inmersión es realmente complicado, pero la mejor forma de hacer entender esa sensación es la siguiente:Cierra los ojos e intenta imaginar que puedes volar a tu antojo para moverte con total libertad, estás en un mundo completamente nuevo por descubrir delante de tus narices y nadie te va a molestar en dicha tarea (ni tráfico, ni aglomeraciones, ni ruido...). Nunca olvidaré la primera inmersión, en Tossa de Mar, con uno de los días más radiantes y con mejor visibilidad.
Luego todos esos miedos infundados que tenemos al Mar desaparecen pronto, porque el "¿y si te ataca un tiburón... o una morena... o una estrella asesina?" no tienen mucho sentido. Cuando te sumerges, pronto te das cuenta que los pobres bichos (por más peligrosos que parezcan algunos en concreto...) te tienen más miedo del que tú les puedas tener a ellos. Hay que ser prudente, claro está, pero no es un "deporte-hobby" ni mucho menos peligroso. Este es uno de los vídeos más curiosos que tengo. Y es que mientras grababa una morena (que ya esa muy raro encontrarlas fuera de su hueco de día, ya que suelen cazar de noche), un pulpo se asustó al verla y le lanzó un chorro de tinta y salió por "tentáculos".
Este es de una liebre de mar, una especie muy rara que sólo he visto una vez en las inmersiones que llevo desde que empecé.
Y este último vídeo muestra claramente la parsimonia con que pasan por tu lado, estos grandes ejemplares de mero que hay en Illes Medes.
A ver si el año que viene consigo desconectarme de la bici-adicción, aunque sea un par de findes, y vuelvo al agua. Que ya tocaaaaa!!!
Precioso! Pero os recomiendo "Biodramina" antes de montaros en la lancha... hacerme caso.
ResponderEliminarNada!!! No le hagáis caso a este, que tiene un trauma infantil con el tiovivo y ahora se marea hasta sentado en el sofá.
ResponderEliminarEs precioso!!!!!!!!!!!! la verdad, es que este año no hemos echo ninguna inmersión,y viendo estas imagenes me ha entrado"morriña".El año que viene tenemos que ponernos las pilas...(esmeralda)
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