La frase célebre

"Es mejor escribir para uno mismo y no encontrar público, que escribir para el público y no encontrarse uno mismo"

Cyril Conolly, escritor inglés.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Se vuelve a imponer el fútbol

Unos recurren a la prepotencia, a la hipocresía y la provocación. Otros trabajan a diario desde la humildad, el respeto al rival y siempre esperan para hablar en el campo. Hoy hemos visto un auténtico espectáculo, una tremenda cura de humildad.

El fútbol no es más que un deporte, un juego donde el azar tiene mucha influencia. Donde no siempre gana el mejor, donde no siempre se hace justicia. No debería pasar de ahí, es sólo fútbol sí, pero creo que vale la pena resaltar algo más que lo meramente futbolístico. Porque hay detrás unos valores que considero importantes. Creo que gran parte de la admiración que este grupo despierta a nivel mundial tiene detrás mucho trabajo, no es una simple cuestión de azar.

Considero que el respeto y la humildad son la mejor base de cualquier proyecto, es el camino más directo al éxito. La fama convierte a un don nadie en un nuevo rico en 5 minutos de gloria y no debe ser fácil digerir eso. Es admirable la gente que trabaja día a día con la ilusión de un niño, sin sacar pecho por lo logrado.

Xavi, Iniesta, Messi, Guardiola... Lo han ganado todo, están en boca de todos y siempre se les está adulando, pero en cambio no muestran un ápice de arrogancia. Es justo lo contrario, trabajan para mejorar día a día y así corregir sus errores. El único jugador que parece tener ese perfil es Casillas, pero el resto es diferente. El Barça apuesta por un concepto futbolístico desde la base y esos ideales se defienden con fidelidad.



El fútbol, por desgracia para lo verdaderos amantes de este deporte, se ha convertido en otra cosa muy diferente de lo que fue en su verdadera esencia. Se ha convertido en un gran circo, donde todo lo extra-deportivo interesa y se sobredimensiona. Porque vende y como vende, se explota hasta la extenuación sin ningún tipo de moralidad. Pero hay que quedarse con lo más básico, con lo estético, con la facilidad que lo logran unos pocos elegidos.



Quizás el error del rival es querer vencer sin trabajar, porque el camino más llano no siempre es el más corto.

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